Bertolt Brecht (obras varias)

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Hacía tiempo que no escribía ninguna reseña sobre un libro y hay una razón: las lecturas obligatorias del instituto (y otras cosas obligatorias del instituto…) no me dejaban tiempo. Pero he aquí una nueva reseña, esta vez le toca a Brecht.

Admitir lo primero que nunca había leído nada de Brecht hasta la fecha (debería darme vergüenza, lo sé, pero no me la da, por aquello del ars longa, vita brevis…). Puesto que me dispongo, el domingo que viene, a ver la adaptación que ha hecho de El alma buena de Sezuán la compañía del TNC y que traen a mi ciudad, decidí hacerme con el libro cogiéndolo en préstamo de la biblioteca (de ahí los dos tachones blancos, por si acaso he ocultado código de barras y logo de las bibliotecas).

Quería otra edición pero desgraciadamente estaba en préstamo, a causa de las discutibles traducciones de los textos clásicos que han publicado, no puedo considerarme una gran fan de Alianza Editorial, pero admito que he salido ganando. La otra edición contenía solo El alma buena de Sezuán (o, en su versión catalana, La bona persona de Sezuán), esta, en cambio, contiene los tres libros citados en el título: El interrogatorio de Lúculo, El alma buena de Sezuán y El señor Puntila y su criado Matti. Las dos primeras obras son «serias», aunque no sé si definirlas tragedias, ni siquiera drama… La última, en cambio, es una comedia. Todo al estilo de Brecht, claro está. Hablaré por encima, para evitar spoilers, de cada una de ellas.

El interrogatorio de Lúculo: Lúculo es un general romano que muere. Llegando al infierno y siendo juzgado como el común de los mortales entiende, de verdad, qué es lo importante en la vida.

El alma buena de Sezuán: En Sezuán, ciudad imaginaria, una chica intenta ser buena persona. ¿Es esto algo posible? ¿O te empuja la sociedad a convertirte en una mala persona para poder sobrevivir?

El señor Puntila y su criado Matti: En tono jocoso, Brecht explica las andanzas de Matti, un chófer que trabaja para dos personas: para el señor Puntila cuando está sobrio y para el señor Puntila cuando está borracho. ¿Cuál de los dos lleva razón en sus acciones? ¿Cuál de los dos es la mejor persona?

Interesantes las tres obras, pero creo poder decir que, personalmente, me ha gustado más la primera. Las tres, de todas formas, dejan un regusto amargo al lector, de pesimismo vital, de verlo todo negro, al final. No es de extrañar considerando las circunstancias personales que rodearon la vida del autor. Todos hubiéramos sido pesimistas en aquella época. Todos deberíamos serlo actualmente, quizás.

 

PS: Devolveré el libro a la biblioteca el miércoles, por si alguien tiene el fetiche de leer justo esta versión…

m.

 

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