
Somos una sociedad que solo piensa en el aquí y en el ahora. Raramente recordamos nada que no haya pasado ayer, incluso esta mañana. La ridiculez de nuestra manera de hacer llega a hacernos olvidar que hace apenas dos años estábamos encerrados en casa, aplaudiendo a los sanitarios a las ocho “porque eran héroes”. “Héroes” a los que ahora se les escupe a la cara porque “¿qué se han creído?”.
No es extraño, pues, haber oído en diferentes medios de comunicación en los últimos meses que la guerra que recientemente empezó Rusia contra Ucrania es “la más grande en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”. Miren, pues no. No es cierto. Los que todavía ni siquiera hemos llegado a los cuarenta años recordamos vagamente (porque éramos niños entonces) imágenes de una guerra cruenta emitidas por televisión. Era la Guerra de los Balcanes.
“Territorio comanche” es uno de los libros que la explica en primera persona. Por aquel entonces, Arturo Pérez-Reverte era todavía reportero de guerra y estaba destinado justamente allí. Con su habitual modo magistral de narrar los hechos, Pérez-Reverte explica algunos de los episodios que allí vivió, vio y padeció, trayendo de vuelta los recuerdos de una guerra que parece olvidada por la mayor parte de los europeos aunque no hace siquiera cuarenta años que azotó los países balcánicos.