
Otro de los libros que he leído por gusto este año ha sido el primero de la trilogía de “Los Médici”, en este caso el de “Una dinastía al poder”. Pese al apellido, el autor es italiano y aunque, a priori, su formación no era en historia (es licenciado en derecho), demuestra en su obra (al menos en esta primera parte, todavía no he leído las otras dos), un conocimiento más que decente de esta, en este caso concreto, la de la dinastía de los Médici.
Como bien sabéis la mayoría, la familia Médici fue muy importante en la Florencia del Renacimiento actuando como mecenas de no pocos artistas puesto que su posición económica (eran de los principales banqueros de la ciudad) les permitía este tipo de acciones y promociones.
En esta primera parte, el autor se centra en explicar la historia de Cosimo il Vecchio, no el fundador de la dinastía (era el hijo mayor de este, de hecho), pero sí el primero que financió obras artísticas, en este caso la construcción de la catedral de Santa Maria del Fiore, imagen icónica de la ciudad de Florencia.
Seguramente, a ojos de un lector italiano, la obra es mucho más interesante, especialmente si conocen bien la historia de rivalidades y guerras entre las antiguas ciudades-estado italianas. Cuando lo lee un profano en la materia, como yo, resulta interesante porque se aprende historia de manera amena pero a la vez resulta complicado seguir todas las vicisitudes de la historia italiana de la época (casas nobles enemistadas, batallas, guerras, traiciones… ¡todo eso que vende tan bien en las series de Netflix!). Pese a este inconveniente, si así se puede llamar y que es fácil de solucionar si se busca información a medida que se lee, el libro resulta ameno y dentro de ese grupo nutrido de novelas históricas que merecen ser leídas.
Aunque es algo difícil de demostrar, puesto que hablamos de figuras históricas que vivieron hace mucho tiempo, quizá el inconveniente que le encuentro es la mitificación de la figura de la familia Médici frente a la de sus adversarios políticos, como los Sforza. Si el autor hubiera escrito una obra centrada en esa familia, por ejemplo, estaríamos en el caso contrario y veríamos una familia Médici retratada como la pérfida y la mala de la historia.
De ritmo lento al inicio, como sucede a menudo en muchos libros (por ser la primera parte aquella en la que se introducen los personajes y los ambientes y, por lo tanto, más descriptiva que el resto), es un libro que te deja con las ganas de leer la segunda parte y, también, de estudiar y de conocer mejor la Florencia del Renacimiento.
m.