
Compré este libro empujada por la curiosidad, como suele pasarme. No hacía muchos días que había comentado el preocupante tema de las “fake news” con mis alumnos y esta obra estaba, a mi parecer, estrechamente relacionada con el tema.
Los bulos y las noticias falsas se han convertido en nuestro día a día gracias, sobre todo, a las redes sociales y a la velocidad y facilidad con que estas pueden hacer viajar la información. A causa de la pandemia causada por el SARS-CoV-2, como no cabía esperar de otra manera, la distribución y asimilación por parte de la población de nuevos bulos, muchos de ellos relacionados con la salud, se ha acrecentado.
La obra de López-Borrull no habla solo de la Covid-19, aunque le dedica algunas líneas. El autor trata, en esta obra, de algunos de los bulos científicos más importantes de la historia de la ciencia, desde la tierra plana (como reza el título) hasta el famoso corte de digestión.
El autor trata muchos temas diferentes a lo largo del libro, con el hilo conductor de los bulos científicos, como he dicho. Aporta al lector, además, una rica webgrafía (pero ninguna bibliografía clásica, cabe decir) a la que podrá acudir quien quiera profundizar sobre algún tema concreto. La citación sistemática de bibliografía electrónica hace que el lector tenga la sensación de estar frente a un estudio académico más que ante una obra divulgativa. Lo que podría resultar atractivo y útil de añadirse al final del libro, a mi parecer, resulta contraproducente al incluirse a pie de página en prácticamente todas las páginas de la obra.
Uno de los grandes “pero” que he encontrado a este libro ha sido, sin duda alguna, los errores lingüísticos. He echado mucho de menos el trabajo de un corrector profesional, figura abandonada y denostada en los últimos años a causa, sobre todo, de la aparición de los correctores automáticos que, si bien pueden ayudar puntualmente, no suplen, en absoluto, la maestría de un buen conocedor (¡humano!) de una lengua, en este caso, la castellana. Hay errores de repetición, de estilo e incluso sintácticos que podrían haberse evitado fácilmente antes de enviar la obra a las librerías.
Por otra parte, y a modo de conclusión, animo a quien sienta curiosidad sobre los bulos científicos más famosos de la historia a leer esta obra porque, pese a los defectos que pueda tener, es una buena fuente de información a partir de la cual edificar un conocimiento correcto y documentado sobre no pocos procedimientos y realidades científicas.
m.