Hace muchos meses ya que no publico nada nuevo en el blog. Va siendo un año de mi*da este 2020 para mí ya desde el principio. Además, el tercer trimestre ha sido demencial, en otros lares haré los comentarios pertinentes.
En fin, al lío. Últimamente he leído un par de libros que voy a reseñar. El primero de ellos es El arte de no tener talento: Revolución Hamparte de Antonio García Villarán. El título ya promete.
La cosa es la siguiente: ¿Cuántas veces habéis ido a un museo o una exposición y os habéis sentido idiotas porque no entendíais la obra del artista (¿artista?) en cuestión? Pues no era culpa vuestra. Que no digo que ahora seáis todos expertos en Bellas Artes ni en Historia del Arte, ¿eh? El autor del libro acuña un nuevo término para definir ese tipo de “creaciones artísticas”, para las cuales no se necesita ni formación ni talento específico, que son simples en composición, forma y color, que normalmente no significan nada y que no se entenderían de no ser por una larguísima explicación que, por cierto, rara vez es comprensible al común de los mortales. Y caras. Son obras caras de narices. El nuevo vocablo es “hamparte” y su uso se ha generalizado ya en el “mundillo” desde que Antonio García Villarán lo usó por primera vez en uno de sus vídeos. Tanto se ha usado que el artista ha creado el “Manifiesto hamparte”, que podéis encontrar en el mismo libro y también en su canal de YouTube (porque sí, ¡también es YouTuber!).
A lo largo del libro, el autor hace un repaso de las etapas más recientes de la Historia del Arte para que el lector tenga una mirada en perspectiva antes de llegar a definir el concepto de “hamparte”. Nada se puede entender in media res, es necesario ver la evolución de la historia para entender por qué y cómo hemos acabado aquí.
El libro es divertido, divulgativo (no es necesario tener conocimientos de arte previos a su lectura, aunque si no sabes quién fue Picasso ya va siendo tu problema…), entretenido y no es una lectura pesada. Si le tengo que encontrar un fallo, quizá sería el capítulo dedicado a las artistas. En el mundo del arte, como en el resto de sectores, por otra parte, las mujeres han tenido siempre menos peso que los hombres. El autor quiere enmendar en parte ese olvido colectivo y habla de algunas de ellas. A mi parecer, de todas formas, ese capítulo resulta una “seta” en la mitad del libro. No encuentro que vaya en consonancia con la estructura de todo el resto, puesto que, en general, se respeta una estructura cronológica y, en cambio, en ese capítulo se hace un repaso superficial de todo el arte femenino, desde artistas del Renacimiento hasta actuales, sin seguir cronológicamente el anterior ni introduciendo de ninguna manera el capítulo siguiente. Pese a querer hacer justicia a las artistas, al final también parece que lo que para las creaciones masculinas necesitas un libro entero, para las femeninas con un capítulo tienes bastante para ventilarlo. Quizá sería un buen punto de partida para un nuevo libro. Yo ahí lo dejo. (Además, no habla de Françoise Gilot. «¡No te lo perdonaré jamás, Antonio, jamás! (cit.)»).
Recomiendo el libro, y con esto acabo el escrito, por todo lo dicho anteriormente. Es una buena manera de pasar un rato divertido y, de paso, de formarte. Os aconsejo también echarle un vistazo a sus canales de YouTube y Twitch, ¡por las mismas razones!
Ea, espero haber contribuido para el castillo.
m.