Los dos Papas (de Netflix, dirigida por Fernando Meirelles)

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Creo que es la segunda vez que reseño una película y la primera que la película no tiene más años que el ir a pie.
El otro día acabé “The Witcher” en Netflix (serie que no reseñaré, el blog no va de eso y solo si la historia está perfectamente escrita y me sorprende, me decido a reseñar algo que no sea libros) y decidí ver las tendencias y recomendaciones. Hacía un par de días que me aparecía “Los dos Papas”. Pensé en un primer momento que era una serie también, porque lo de leer la descripción y luego ver el vídeo en cuestión es demasiado normal para que lo haga yo, claro. Me encontré delante una película de dos horas. “Genial”, pensé, “bueno, si me aburro la paro y andando, total…”, fue mi pensamiento. No me aburrí.
Juan Pablo II muere en el 2005 y se tiene que escoger un nuevo Papa. Los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina, como es tradición, para realizar la votación en la que saldrá nombrado el nuevo Pontífice. Ratzinger, un cardenal alemán, es el favorito, aunque suena también el nombre de un tal Bergoglio, un argentino. Nunca ha habido antes un Papa que no fuera europeo. Ni lo habrá esta vez. Luego de varias votaciones (Ratzinger no obtiene la mayoría necesaria en varias votaciones), el cardenal alemán es nombrado Pontífice y la Iglesia retoma el camino del conservadurismo y el tradicionalismo. Bergoglio vuelve a Argentina. Pasan los años.
Bergoglio se cansa de actuar como cardenal y decide escribir al Sumo Pontífice pidiendo que lo retire enviándolo como párroco a cualquier parroquia. Al mismo tiempo, Ratzinger quiere hablar con Bergoglio sobre determinados asuntos, sobre determinadas declaraciones que el argentino ha hecho a la prensa. El destino les cruza de nuevo.
El encuentro no empieza bien: Ratzinger es conservador y Bergoglio pretende la Reforma. El ambiente es gélido. Pero a medida que pasan los días y aunque sus posturas siguen distantes, los dos hombres se acercan. Ratzinger no acepta la renuncia de Bergoglio porque, por primera vez en setecientos años, es él, el Sumo Pontífice, quien renuncia, y el argentino tiene que estar en el cónclave. Ratzinger presiente que será él y no otro su sucesor. Y él será el primero en casi un milenio que verá quién lo sigue.
El resto es historia. Ratzinger renunció al Papado públicamente y en latín (¡con estilo!) el 11 de febrero del 2013. A finales de mes se celebraba el nuevo cónclave. Y Bergoglio era elegido como Francisco I.
La película está narrada de manera magistral. No esperéis una narración rápida, es un film reflexivo, a veces lento, pero como ya he dicho antes no aburre. El reparto es inmejorable: Ratzinger es representado por Anthony Hopkins y Bergoglio por Jonathan Pryce. Simplemente te parece estar viendo a los reales… Los cuales, por cierto, siguen conservando la amistad que entablaron aquellos días.
Aprovechad aquellos que podáis y mirad esta película, es una de las últimas sorpresas que nos deja el 2019.

 

¡Ah! ¡Feliz Año 2020! (casi se me olvida…)

 

m.

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